Atada a tu amor
- Natigarlob

- 12 ago 2019
- 2 Min. de lectura

Sí, Chayanne. Otra vez.
"Mira lo que haz hecho
que he caído preso
y en un agujero de tu corazón
y la libertad te juro no la quiero"
Que difícil es llegar a pensar que nuestra felicidad depende de otro, que nuestra libertad está condicionada por otra persona y que sin ella estamos presos en un abismo.
Me fui en la profunda, porque sí, muchas veces he sentido que mi estado de ánimo depende de la persona que tengo al lado.
Está mal, lo sé.
Mis amigos más cercanos me han dicho el ya repetido "amiga, date cuenta", pero no es fácil explicar ese tipo de dependencia emocional. Es como si toda tu vida girara en torno a lo que hace, piensa y dice la otra persona... y no es su culpa.
La falta de amor propio hace su trabajo y crees que no puedes ser feliz sol@. Piensas que tu "otra mitad" es la razón por la cual sonríes todos los días, haces de todo para complacerle y no nos damos cuenta que la verdadera felicidad viene de y para nosotros. Llegar a entender eso es el primer paso para recuperar la confianza.
He aprendido, a porrazos, que amar no significa depender y que si hay algo que no te gusta no estás obligado a hacerlo solo por quedar bien con el otro. Está bien querer realizar sueños en común, pero cuando se traspasan las barreras de lo que nos hace mal, es momento de parar y analizar si es el tipo de relación que queremos para nuestras vidas.
El "soltar" está muy de moda, pero hoy me hace más sentido que nunca. Entendí que mi felicidad solo depende de lo que YO hago para ser feliz. Duele, y mucho, porque al final dejar ir lo malo, lo tóxico, lo que no nos acomoda, es como vivir un duelo: se llora, se sufre y hiere en lo más profundo, pero se supera.
Natalia.
Foto: amigadatecuenta.video.blog



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