Volver...

"Quiero volver a ser quien te amaba, como un juego de niños, Volver al verde de tu mirada y secar la pena que hoy nos cala... Quisiera amanecer como antes, desnudo contigo, Curando el amor, rompiendo el reloj, a golpe de calor y frío"

¿Te acuerdas cuántas veces te canté (o chillé) las canciones de Pablo Alborán? Debieron ser muchas, porque llegaste al punto de aprendértelas y, entre risas, cantarlas conmigo. Yo tan cebolla y tú tan alternativo.

Esa hermosa complicidad, en lo cotidiano, hizo que cada día que pasaba me enamorara más de ti. ¡Y es que vivimos tantas cosas en tan poco tiempo! Todos nos decían que íbamos muy rápido pero ¿qué importaba? Estábamos sintiendo y el sentir nos hacía tomar decisiones importantes, como viajar solos a los meses de conocernos o formar un hogar en menos de un año de pololeo. Fuimos intensos, muy intensos.

"Fuimos tantas cosas, fuimos todo y más, fuimos risas, gritos y ahora lágrimas.

Nos hemos mudado más de una vez, de la cama al sofá, del sofá al edén".

Esa misma intensidad nos llevó a odiarnos. Nos hizo caer en la terrible decisión de mirar todo lo que vivimos como un error, y es que la verdad es que los cometimos. Erramos tanto que nos hicimos todo el daño posible en menos de un año y ahora solo quedan dos corazones rotos con el recuerdo de esa última conversación donde la rabia y la frustración fueron protagonistas, donde todo el amor que un día dijimos que sería para siempre, ya no existía.

"Somos un desastre pero es cierto, nos queremos Si pasas por mi lado aún se congela el tiempo

Quién me iba a decir a mí que todo esto existiría

Déjame ser tu refugio, déjame que yo te ayudo, Aguantémonos la vida, te recuerdo si lo olvidas Que hemos crecido peleando y sin quererlo nos gustamos Cuántas cosas han pasado y ya no hay miedo de decir

TE AMO"

Nuestra historia de amor no fue aguantar, sino que aprender del otro, conocernos, vivir y amar. ¡Y es que nadie se imagina cuánto nos amamos! Estábamos locos el uno por el otro, buscábamos todos los medios posibles para demostrarnos ese amor... ¿te acuerdas de esos correos a las 3 de la mañana cuando aún ni siquiera éramos pololos y me decías que me amabas mucho? Ese amor se mantuvo por tanto tiempo, hasta que un día desapareció para no volver. Fuimos el refugio del otro en momentos oscuros y tristes y decidimos crear nuestro propio código de lealtad en base a la complicidad que desde el día uno marcó nuestra relación.

Nuestra historia de amor fue eso y más. Lo siguiente en la lista fue solo historia porque de amor ya no quedaba nada.

No sé si será porque mi alma aún no se resigna a decir adiós, pero me sigo preguntando ¿cómo llegamos a esto? ¿Es posible que dos personas que se amaron tanto ahora sean perfectos desconocidos? ¿Es posible que tanto amor se esfume de un momento a otro como lo hizo el nuestro? Seguramente algún día podré responder a todas esas preguntas; ahora solo intento seguir y volver a ser feliz.